Los gases de efecto invernadero y su relación con la temperatura
La temperatura en la Tierra ha sufrido variaciones a lo largo de toda su historia. Sin embargo, estas variaciones periódicas se han visto afectadas por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el hombre.
Hace apenas un par de semanas aún paseábamos por las calles de las ciudades españolas en camiseta y, de la noche a la mañana, nos levantábamos con carreteras cortas por la nieve. Esto es efecto del calentamiento global.
¿Por qué se calienta la tierra?
Las olas de calor del último verano en todo el mundo tienen su explicación en los gases de efecto invernadero. Estos gases, como el dióxido de carbono, el óxido nitroso, ozono troposférico se quedan atrapados en la atmósfera y retienen el calor del sol. Es decir, la radiación solar, en su ciclo normal, penetra hasta chocar con la tierra y rebota saliendo al espacio. Sin embargo, la boina de contaminación entre el planeta y la atmósfera hace que esa radiación no pueda salir y quede retenida aumentando la temperatura.
Gases de efecto invernadero y la ciudad
El principal responsable del calentamiento global es el dióxido de carbono (CO2). Según datos de la Unión Europea, el 80% de las emisiones que hacemos son de este gas. Se produce principalmente por la quema de combustibles fósiles, es decir la gasolina de los vehículos. Lo peor es que puede llegar a quedarse en la atmósfera entre 200 y 30.000 años.
El hecho de que la mayoría de la población mundial resida en zonas urbanas y, que éstas no ocupen más de 2% de la superficie terrestre, las convierte en los puntos más contaminantes.
Por ello, las medidas que se tomen en las ciudades para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tendrán beneficios en todo el planeta. La adaptación al cambio climático supone la adopción de medidas que reduzcan las emisiones contaminantes. Liberar el paso de la radiación solar de vuelta al espacio y evitar el aumento de la temperatura es una labor de todos: gobiernos y ciudadanos.