Vegetación y agua: tándem indivisible
Ya lo dicen los expertos: los patrones de lluvias en España se han modificado. Y con ellos la gestión del agua. Si miramos La Tierra desde el espacio es el planeta azul, pero solo el 2% es dulce. El agua es la base de nuestra vida pues sin agua no hay vegetación y sin vegetación no hay vida. De hecho, sin vegetación no hay agua.
El Amazonas y el Congo han ardido y muchos expertos hablan de los efectos que tendrá la pérdida de dichos bosques tropicales. Por ello, tras los incendios que han devastado, y continúan devastando, distintos puntos del globo, y de nuestro territorio, debemos tomar en consideración la importancia de la vegetación en nuestros municipios y su entorno.
Vegetación y agua: retención y calidad
Como ya hemos explicado en diferentes ocasiones, en Green Urban Data conocemos el estado de la vegetación de un parque urbano o periurbano (NDVI), el nivel de humedad de los suelos en los que se asientan (NDWI), la temperatura que alcanzan esos parques y sus zonas colindantes (LST) y realizar estudios sobre la evolución y beneficios que esas zonas verdes tienen para el núcleo urbano.
Las zonas verdes urbanas y periurbanas conllevan numerosos beneficios. Entre ellos, la disminución del ruido, la estabilización de la temperatura y, además, la retención y depuración del agua. Además, la vegetación hace de filtro natural del agua hacia el subsuelo, haciendo que el agua que llegue pueda ser potable, o más útil, de forma más natural.
Si correlacionamos los indicadores arriba mencionados es posible conocer el riesgo de sequía de un terreno y si la vegetación de dicha área sufre de déficit hídrico. Esta información resulta especialmente relevante ya que, resulta útil en la prevención de inundaciones y la gestión del agua.
Soluciones basadas en la naturaleza
Las soluciones basadas en la naturaleza han ganado adeptos dentro (Madrid, Zaragoza o Valencia) y fuera de nuestras fronteras (Londres, Hamburgo o Singapur). Desde la renaturalización de cuencas de ríos y restauración de los mismo al manejo de las aguas subterráneas, estas soluciones funcionan como alternativas a las infraestructuras “grises”.
Muchos han sabido ver que la economía circular puede darse también en la gestión y mantenimiento de las zonas verdes urbanas. Los drenajes sostenibles se convierten así en un claro aliado ante dos problemáticas cada vez más presentes en nuestro día a día. Por un lado, la escasez de un recurso cada vez más diezmado y por otro, el ahorro en el mantenimiento de los tan solicitados espacios verdes urbanos.
Sin los espacios verdes estamos más expuestos a los efectos del cambio climático como la desertificación y las sequías, las inundaciones, los vientos extremos y las altas temperaturas y olas de calor. Por eso, la evaluación, seguimiento y gestión de estos de forma sencilla se convierte en una necesidad para todos aquellos municipios que busquen mejorar su gestión ambiental.