Las enfermedades del cambio climático
Con el coronavirus en boca de todos y la alerta que ha generado desde Green Urban Data nos preguntamos ¿hay enfermedades del cambio climático?
Para empezar sabemos que para tener buena salud debemos contar con determinados factores (o derechos) medioambiental, pero también sociales. Entre ellos, el acceso a agua potable y a alimentos de una mínima calidad, respirar aire limpio, e incluso tener un techo seguro sobre el que cobijarnos. En ocasiones, nos vemos privados de estos derechos.
Es cierto que hay países que se ven más carentes de acceso a ciertos servicios. Pero, cada vez más, España y Europa sufren las consecuencias de la emergencia climática.
El calor y las enfermedades del cambio climático
El aumento de la temperatura está estrechamente ligado con la contaminación del aire. De hecho, se ha comprobado que a mayores temperaturas, mayores son los niveles de contaminantes como el ozono. Hasta la fecha la OMS (Organización Mundial de la Salud) sugiere que cada año fallecen 7 millones de personas por la contaminación atmosférica.
Además de la contaminación, las temperaturas extremas son el detonante de la migración de millones de personas, no solo entre países sino dentro del mismo territorio. Es lo que se conoce como refugiados climáticos.
Y, por si todo esto fuera poco, el cambio (o pérdida) de estacionalidades sumado al calentamiento global hace que los niveles de alérgenos se disparen. Esto tiene como consecuencia el agravamiento del estado de salud de las personas con problemas respiratorios, como por ejemplo, el asma. Pero, además, que este tipo de enfermedades aparezcan a edades más tempranas.
Transmisión de patógenos
Otra consecuencia, con repercusiones directas en nuestra salud, del cambio climático es la pérdida de la biodiversidad. Con la desaparición y migración de especies se produce un fenómeno con relación directa con las enfermedades del cambio climático: el desplazamiento de los patógenos.
Así, enfermedades que antes se concentraban en unas pocas regiones (dengue, malaria, ébola…) ahora afectan a personas en todo el mundo. Muchas de estas son contagiadas por picaduras de mosquitos e insectos que proliferan tras las inundaciones como consecuencia de las aguas estancadas. Por todo ello, es de vital importancia que comencemos a tener en cuenta factores como la salud ciudadana, la planificación y gestión urbana o el cuidado del medio ambiente… de forma transversal. Pues de una buena gestión administrativa y empresarial depende el futuro de todos.