Melanomas urbanos
Los melanomas urbanos son parte de nuestra rutina. Sí, las ciudades, en general, padecen problemas de salud debido a la mala protección de su ‘epidermis’.
Disculpad la metáfora urbana con un melanoma humano, pero creemos que ofrece una impresión rotunda que nos puede ayudar a comprender mejor los problemas en las ciudades que se derivan de la falta de protección de su ‘piel’.
Y es que, más que afectar a la propia ‘piel’ de la ciudad, afectan al medio ambiente urbano y a quienes vivimos en ellas. Animales y vegetación incluidos. A esto que nos referimos como ‘piel’ de la ciudad, no es otra cosa que el conjunto de materiales que conforman la superficie exterior de todos los volúmenes de diversos elementos de la ciudad: edificios, calles, plazas, aceras, parques, etc.
Melanomas urbanos y planificación urbana
A todos nos sucede, sobretodo en verano, que si no tenemos cuidado al tocar determinadas superficies podemos llegar a quemarnos e incluso freír un huevo…o eso dicen.
Pues bien, este fenómeno a escala urbana no es tan dramático, es decir, no provocará que nos quememos, pero sí que es el principal causante del aumento de la temperatura y de la sensación de calor sofocante característica de los veranos en muchas ciudades españolas.
Siguiendo con esta comparación, de igual forma que en verano nos preocupamos mucho de proteger nuestra piel del exceso de exposición solar mediante cremas, o simplemente quedándonos a la sombra.
En las ciudades, también se deben establecer medidas de protección para evitar el sobrecalentamiento de las mismas, ya que produce efectos directos sobre el aumento de la temperatura. Fenómenos de isla de calor, aumento del consumo energético (para refrigeración), disminución de la sensación de confort e incluso riesgos para la salud (mareos, falta de hidratación, bajadas de tensión, problemas respiratorios, plagas de insectos, etc).
Ciudades españolas y temperatura
Algunos estudios recientes y proyectos de I+D+i están trabajando en este sentido. Por ejemplo el promovido por la ciudad de Murcia para testear un nuevo asfalto frío que reduce el ruido y la contaminación. Con esto pretende lograr como resultado una disminución de la temperatura del aire de 1,5ºC y del pavimento de la superficie de 10ºC, además de un ahorro de energía del 7% para dispositivos de refrigeración.
En próximas entradas analizaremos en detalle la relación de la temperatura superficial y la sensación de confort, el fenómeno de isla de calor urbana, o su impacto en el consumo energético y en la salud para las personas (especialmente en colectivos vulnerables: niños, ancianos, enfermos, etc.)
Ahora solo mostraremos algunos ejemplos de imágenes de temperatura superficial urbana a diferentes escalas (ciudad, barrio, avenida, parque, edificio, etc), para poder ayudar a comprender de forma visual e intuitiva cómo se comporta la ciudad frente a la radiación solar.
La serie de imágenes que se acompañan, se corresponden a valores de temperatura superficial de las ciudades de Valencia y de Málaga; los valores se obtuvieron a finales del mes de julio de la información proporcionada por el satélite Landsat.
El jardín histórico de Málaga
En Málaga, se aprecia claramente cómo influye el desarrollo urbano en la temperatura superficial. Entre la zona del casco histórico, próximo a grandes zonas verdes muy frondosas (azul y amarillo), y la zona de la periferia (rojo) hay una oscilación de hasta 10ºC de temperatura superficial.
Detalle de la zona del casco histórico de la ciudad de Málaga, próximo al jardín histórico que incide claramente en la reducción de temperaturas de áreas urbanas próximas hasta 200 – 400 metros alrededor de éste.
Valencia y las islas frías
Sobre esta imagen, en el centro la Avda de Blasco Ibáñez de Valencia; se observa claramente la diferencia respecto a otras áreas próximas de 7-10º, debido a la influencia de la vegetación existente en la avenida y también la disposición urbanística de los bloques y tipologías de edificios.
Urbanización en el barrio de Benimamet-Beniferri, mediante bloques en manzana abierta con espacios libres y zonas verdes interiores, que unido a la proximidad de parques y jardines de barrio reducen notablemente la temperatura superficial hasta en 10º de diferencia respecto a zonas próximas en el barrio de Benicalap, con tipologías urbanísticas en manzana cerrada y viales estrechos.
Gran contraste de temperaturas superficiales entre el Parc de Capçalera al inicio del Jardín del Turia y un centro comercial próximo, con diferencias incluso superiores a 10º en algunos puntos.
Aquí se puede ver el efecto de isla fría asociado al Parc de La Rambleta junto al barrio de Sant Marcelí. Se extiende al espacio abierto delimitado por la Ronda Sur (Avda Dr Tomás Sala).
Por otro lado, el efecto de isla fría, casi un oasis, que produce el Parc Manuel Granero en el barrio de Russafa, pone en valor, de forma especial, el arbolado existente en este parque.
Por último, en esta imagen se distingue el efecto reductor de temperaturas asociado a una adecuada elección de los materiales de construcción, en este caso se trata de la Feria de Málaga (azul), con diferencias de 5-8º respecto a otros elementos de su entorno próximo.