Alérgenos: riesgos municipales
Cuando hablamos de alérgenos pensamos en dos cosas. Por un lado, en las alergias alimentarias y por otro, el que nos concierne, en el polen.
Actualmente, la tendencia para hacer que las ciudades sean más habitables y frenar el cambio climático es la renaturalización de los núcleos urbanos. Es decir, apostar por la vegetación. Esto supone invertir en infraestructura verde y aumentar la proximidad de espacios verdes a lugares públicos como colegios, centros de salud, etc.
Alergenos ambientales y salud
Sin embargo, dado que las alergias ambientales infantiles han aumentado en los últimos años, nos encontramos en la tesitura de aumentar los espacios verdes urbanos sin causar perjuicios en la salud de los ciudadanos. Especialmente en los niños.
Primero, debemos tener claro que el calentamiento global y la contaminación son causantes del aumento de alergias y problemas respiratorios en edades cada vez más tempranas. Así lo corrobora la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica.
Salud y vegetación
En relación a esto, a principios de año conocíamos el dato de que el sistema sanitario, en concreto las urgencias, estaban saturadas en todo el territorio nacional. Esta saturación está relacionada de un modo u otro con el cambio climático.
Problemas respiratorios, principalmente alergia y asma, o cardiovasculares como la diabetes o la obesidad son los riesgos que más nos llevan a los españoles a visitar a nuestros médicos.
Pero, paradójicamente, la vegetación puede ayudar a solventar estos problemas. Se ha demostrado científicamente que los árboles limpian el aire que respiramos, ayudan a reducir la temperatura y funcionan como terapia anti estrés.
De modo que, si situamos más árboles en las cercanías de los colegios, los niños y niñas respirarán aire más limpio, están más contentos y, durante las ya habituales olas de calor, estarán más resguardados.
¿Y las alergias?
No podemos evitar que los árboles florezcan, pero sí es posible predecir cuándo ocurrirá. En Green Urban Data prevemos la floración de cada especie para determinar su pico máximo y el alcance que pueda tener en el entorno urbano.
Así, desde la administración, sería posible establecer protocolos para centros escolares y sanitarios. De los primeros, para mantener a los niños y niñas el menor tiempo posible expuestos a los alérgenos y, en los segundos, para estar preparados ante el posible aumento de la demanda del servicio de atención primaria y de urgencias.
Además, conocer el índice alergénico de las especies vegetales supone una ventaja en el momento de la planificación de las nuevas zonas verdes o de sustitución en las existentes. De este modo, no solo se tendrán en cuenta parámetros estéticos y de eficiencia, sino también sus beneficios en la salud de los vecinos.
¿Estás preparado para la primavera?