Infancia y Cambio Climático: ¿qué ven ellos que nosotros no vemos?

  • abril 16, 2019

Los niños, niñas y adolescentes de todo el mundo se están haciendo oír: la infancia se une contra el cambio climático. La preocupación por su futuro está calando en todos ellos. Exigen a los gobiernos y los actores sociales relevantes acciones para revertir los efectos del calentamiento global. #FridaysForFuture ya es un movimiento global.

La infancia y la adolescencia son fases de aprendizaje importantes contra el cambio climático
Los niños son más conscientes del cambio climático

No se trata sólo de un fundado temor a cómo serán las ciudades y los entornos en los que vivan su madurez. Los efectos de la degradación ambiental del planeta también repercuten, y repercutirán, en su salud, su ocio, su alimentación…en definitiva, en su bienestar.

Según los expertos, los países mediterráneos están más afectados por los efectos del calentamiento global. En España, por ejemplo, los veranos duran 4 semanas más y, de acuerdo con las predicciones para 2050 podríamos experimentar incrementos de temperatura de 5 grados. Esto supondrá la desertificación de grandes zonas de la Península Ibérica y mayor frecuencia del fenómeno de olas e islas de calor, sequías e inundaciones.

Efectos en la infancia del cambio climático

Los niños y adolescentes pasan más tiempo que los adultos en el exterior viéndose expuestos a más agresiones ambientales: contaminación, altas temperaturas, alérgenos…

Salud

Los menores tienen una menor capacidad de termorregulación corporal, de modo que, ante episodios de olas de calor tienen mayor probabilidad de sufrir fiebre y enfermedades respiratorias y renales. En Valencia, por ejemplo, más menores de 14 años son hospitalizados por problemas respiratorios y gastrointestinales durante olas de calor.

Ante todo, hay que tener en cuenta que la adaptación de cada persona a los cambios de temperatura dependerá de factores físicos, sociales, económicos y culturales pero es incuestionable que la mortalidad aumenta de manera significativa durante las olas de calor. Es cierto que, el umbral de mortalidad no será igual en La Coruña (33ºC) que en Sevilla (41ºC).

Otra problemática cada vez más común son las alergias en la infancia. Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica los pacientes con alergias a pólenes son cada vez más jóvenes.

Ocio

También resulta relevante la escasez de zonas verdes urbanas adecuadas para el ocio de niñas, niños y jóvenes.

Los niños y niñas pasan más tiempo en el exterior acusando mayor exposición a la degradación ambiental
Durante la infancia y la adolescencia pasamos más tiempo en espacios exteriores

Los parques y jardines urbanos juegan un papel fundamental como reguladores del clima en ciudades. Sin embargo, la cantidad y calidad de dichas zonas en muchos casos resulta insuficiente e inadecuada resultando en situaciones como niños sufriendo quemaduras solares en el colegio por la exposición durante el periodo de recreo.

Por ello, como expresan especialistas de diversos ámbitos, es necesario que entre las opciones de adaptación se incluyan políticas de planificación urbana que impliquen la mejora de aquellos lugares más frecuentados por la infancia, como parques, jardines, plazas o colegios.

¿Qué podemos hacer por la infancia y el cambio climático?

Desde Green Urban Data queremos apoyar a la infancia contra el cambio climático facilitando a la Administración Pública las herramientas necesarias para monitorizar el impacto de los cambios de temperatura en los municipios. El monitoreo de indicadores ambientales como la temperatura superficial, la calidad de la vegetación o el sombreamiento urbano resultan imprescindibles para facilitar la planificación y toma de decisiones.

Además, cuantificar las mejoras conseguidas ayudará a demostrar a los jóvenes unidos por el clima que la inactividad política es algo del pasado.